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Soltería: Plena realización individual




Durante mucho tiempo han taladrado la conciencia de la humanidad con una sola opción: Nacer, crecer, multiplicarse y morir. Así lo enseñaron desde la más tierna infancia, como si ese fuese el único objetivo en la vida. No se cuestionaba otra alternativa. Todos se casan y tienen hijos. Y surge la obligación que ha generado crisis existenciales. Es la idea de estar incompleto sin la pareja o sin familia.


Toda persona, de manera consciente o inconsciente, le da concreción y sentido a este paradigma. Casarse con el príncipe azul, la media naranja y ser eternamente felices. La decepción es gigantesca. Nadie se prepara para esta experiencia, es una contradicción en el corazón de la sociedad.


El hecho de abrir el término Vocaciones de Vida, el llamado interno dentro del contexto inter e intrafamiliar en la esfera de la vida social de toda persona, abre un nuevo horizonte de posibilidades significativas, ya que incorpora una noción de verdadero cuestionamiento. Cambia totalmente la percepción de la noción de media naranja, que nos lleva a un Autoconcepto disfuncional de origen, de estar incompleto y tener que buscar quién te complete. Si se consigue y se retiene, se cumplió la tarea, y luego, cuando ya no se quiere, se está durmiendo con el “enemigo”.


Nadie ha sido educado para tener un Autoconcepto de plenitud, con pareja o sin ella, con hijos o sin ellos. Muchísima gente sufre porque está soltera. En Semiología de la Vida Cotidiana® se percibe al individuo como una plenitud, como una totalidad. Cuando se incorpora esta visión, donde uno lo es todo, esa marcará su actitud en la vida. Es por ello, que se presentará el esquema de el llamado de la Soltería, como un extracto del Curso V de Semiología de la Vida Cotidiana titulado, Vocaciones de Vida: Soltería, Pareja y Familia.


Parte del problema proviene de la herencia cultural, la cual está formada por la familia, escuela y sociedad, que comunican la tradición, moda y cultura. Son condicionamientos que implantan un chip formando a “aquel que creo ser pero no soy”, el imaginario. Hace perder autenticidad y libertad de elección.


Si se focaliza la mirada en México, podría generalizarse que la familia es una prioridad, un medio y un fin. La familia da identidad al mexicano, la famosa familia muégano, que comparte tradiciones, costumbres, es una fuente de amor, apoyo, compañía y trascendencia, es muy bello, ¿cierto? El problema surge cuando hay una fuerte influencia en las decisiones personales respecto a las tradiciones familiares que marcan la brújula de muchísimas personas como una autoridad moral. Antes de tomar una decisión como la de elegir una carrera, o hasta el futuro esposo, debe ser aprobado por mamá y papá, la abuelita y la madrina. La familia antes que todo lo demás. Es un filtro. Y la elección espontánea, se pierde.

También, la escuela, la cuna del conocimiento y formación para muchos, no enseña más allá de datos externos que mantiene alejados a los alumnos de un autoconocimiento real y auténtico. Descubrir quiénes son a través de la introspección y experiencia que sea constantemente actualizada y personalizada. Nadie enseña a crear al individuo, al soltero, y que este existe antes que una pareja y una familia. La base de todo y donde termina todo es el individuo.


Y al agregar a la sociedad, el ser soltero es un sinónimo de fracaso en el amor, una temporalidad, un estigma, un castigo, un ser incompleto o que tiene falta de compromiso. La gente escupe prejuicios limitando una posibilidad de realización a las personas que se estén viviendo como soltera o soltero, y por falta de comprensión, están condenando a una nueva generación a la frustración e incomprensión.


Qué distinto sería que una chica, así como puede responder abiertamente en casa que quiere estudiar leyes en la universidad, pueda decirle a sus padres que tiene vocación de soltería, es decir, no casarse, ni tener hijos, y ser comprendida y aplaudida por su familia y la sociedad. Sería, idealmente hablar un nuevo idioma incorporando el perfil del soltero en la sociedad, y todo lo que ello implica.


Antes que nada, es necesario entender que existe una diferencia enorme entre la vocación personal y la vocación de vida. La Vocación personal se refiere a la proyectar el talento o lados fuertes de la persona en la vida laboral y así tener sentido y realización personal. La Vocación de Vida, Soltería, Pareja y Familia, va a matizar la vida interpersonal, especialmente la esfera social dentro del proyecto de vida del individuo. Cualquiera de las tres Vocaciones reclamará una relación con todo lo demás. Son parámetros de comparación e interdependencia. Cada uno de estos da un parámetro de estilo de vida, distintos unos de otros. La pareja es distinta a la familia y a la soltería. Si se removiera el parámetro de alguna de las tres, se perdería el círculo. Si todos fueran solteros no se entenderían las parejas o las familias, y viceversa.


Para entender la diferencia entre la Vocación de Vida de Soltería, Pareja y Familia, simplemente hay que puntualizar que la Soltería se refiere a un Proyecto de Vida Individual. La Pareja es un Proyecto de Vida en Común. La Familia es un Proyecto de Vida en Grupo, es decir, con el advenimiento de los hijos. Cada uno tiene su propio significado y una manera de relación. Es imposible ver aisladamente la soltería, sin compararla con las otras dos.  El soltero se configura al interior de la familia. En cada elemento abre posibilidades. Pero hay que entender que sin la noción de individuo, no hay nada. Por ejemplo, la soltería sería un viaje en auto donde la carretera es de un sólo carril. La pareja es un viaje donde dos autos se encuentran y van a un destino en común, cada quien en su carril. La familia, es un grupo que va en una carrera de múltiples carriles, cada quien manejando su propio auto.


Entonces, ¿Qué pasaría entonces si siempre dicen “cásate y ten hijos”? ¿Dónde cabe la soltería? Por eso no se ha comprendido. La gente no puede desear lo desconocido. Nadie nace soltero, se nace como hijo de familia. Toda persona, pudo haber sido con una abuela, un orfanatorio o con papá y mamá, tiene una familia de sustento. Muchos solteros están convirtiéndose poco a poco. Es algo que se descubre, se asume y se implementa. No es un proceso de un día a otro. Es el desprenderse de la familia, el independizarse, responsabilizarse y ser autónomo. Ir creando el ser y explorando este contexto de Soledad sin desolación. La Soltería eres uno consigo mismo.


Ahora bien, no hay que entender a la Soltería como un viaje aterrador, donde la persona vivirá en una cueva aislado del mundo, sin perro que le ladre y sin ningún tipo de relación interpersonal. Es por ello, que a continuación se presentarán las tres alternativas de relaciones interpersonales del soltero: Castidad, Relaciones Intermitentes y Relaciones Múltiples.


La Castidad, no es ponerse un hábito blanco, orar y salir a vender galletas de santa clara para reunir fondos de caridad. Y sí, es una palabra asociada a la vida monástica, religiosa o espiritual, la gente que hace meditación o que están en celibato. Que dedican su vida a Dios y parte de su entrega a Él es renunciar a los algunos placeres, ente ellos los carnales. Pero dentro el contexto de Semiología, vamos a diferenciar a la castidad de la abstinencia. Abstinencia es cuando una persona anula su energía sexual, como si no existiera y esta se fuga, acrecentando todos los defectos o lados débiles  de la persona. Convirtiéndola en chismosa, enojona o muy hiperactiva. La Castidad entraña reciclamiento consciente de la energía sexual, que va a permitir la máxima plenitud de realización, convirtiendo esta energía en creatividad, entusiasmo y energía de sobre que bien direccionada aumenta todas las posibilidades de desarrollo de la conciencia del soltero. Es  una vía paralela, sin contacto sexual con ninguna persona y asumiendo la castidad con el reciclamiento de energía.


Las Relaciones Intermitentes, se refiere a la relación de pareja con otra persona pero sin integrar proyecto de vida en común. Es decir, es un noviazgo. Hay amor, hay química física, pero no hay Proyecto de Vida en Común. No están casados, no viven bajo en la misma casa, cada uno es independiente en términos económicos, cada uno tiene su propio camino y hay un pacto de exclusividad sexual y emocional.  Esto puede durar cinco meses, o siete años, por eso es intermitente. Y va una después de otra. Hay un código de ética y compromiso.


Las Relaciones múltiples se da un código amoroso con desapego. Se encuentra a una soltera o soltero que mantiene relaciones de pareja radiales, abiertas, donde hay un vínculo de intimidad compartida, pero con mucha congruencia y libertad. Aquí se pierde la exclusividad y los límites que tiene la monogamia. El grado de apertura lo determina el criterio de cada quien. Siempre desde la honestidad, la comunicación y el respeto. Es un vínculo muy distinto a la castidad y las relaciones intermitentes, no por ello, menos delicado. Se necesita mucha discreción, privacidad y verdadero desapego.


La sociedad critica y castiga los deseos reprimidos, y teme a lo desconocido. Por eso, es importante mirar al soltero, en sus tres facetas, para lograr la comprensión de que tanto hombres y mujeres tienen la posibilidad de conocer y elegir la vocación de soltería, insertándose de una nueva forma en el contexto social, siendo la individualidad la base del proyecto de Vida Individual característico de la soltería. ¿Y tú, eres un soltero o soltera?


Referencias

Ruiz, A. (2016a). Curso IV. Erotismo y Castidad, lámina 3.

Ruiz, A. (2016b). Curso V. Vocaciones de Vida, lámina 10.

Ruiz, A. (2016c). Curso V. Vocaciones de Vida, lámina 11.

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